aquello

Yo canto la luz
reuniendo las tinieblas.
Yo escribo el movimento
leyendo el sonido.

Yo recojo el pasado y el futuro
y lo guardo en el presente.

Pero yo no soy lo que soy
porque aquello que sin ser
nada ni nadie
lo es todo.

Todo se disuelve
al sumergirse en el vacío.


Cada voz tiene su lugar
en el hueco de tu sombra.

Todas las razas aún las esdrújulas
con ansias de segunda mano
pueden invocar luego de toneladas de huellas
con el azul de sus voces,
el trueno de tu voz.

Nuestras sombras
aún en aparente suspensión
gravitan con el peso de la tuya.

No hay ruta, camino, dirección, movimiento ni arrojo
que no seas tú su causa o alimento.

Todo nace y muere en ti.


Te encuentro por buscarte
por así quererlo sin saber.
Por entendido es mi sentir
de rebuscar en tu saber.

Yo adivino en tu reflejo
como se desliza la luz
por transparente nombre.

Por eso no digo el sufrir del secreto pensamiento.
Porque mi alma no se engaña con secretos
y no hay voz que obligue a mi ser llorar.

Mi estancia es una oración,
Mi culto es el regreso.
Mi muerte es el nacer.

[oxo] [corazón] [aquello] [agua] [yo vivo] [yo muero]

pmerced@hotmail.com

Derechos Reservados © Pedro Merced , Dorado , Puerto Rico 2000